Coinbase, la popular empresa de criptocomercio, ha anunciado que está abriendo una bolsa de derivados en las Bermudas como parte de su plan de expansión internacional. Este movimiento se produce en un momento en que la empresa que cotiza en bolsa enfrenta dificultades regulatorias en su país de origen, Estados Unidos.
La nueva bolsa, llamada Coinbase International Exchange, inicialmente permitirá a los comerciantes apostar en el precio de bitcoin y ether a través de contratos de futuros perpetuos con un apalancamiento de hasta 5x. Todas las operaciones se liquidarán en la moneda estable USDC. En una publicación de blog, Coinbase anunció que el comercio ya ha comenzado.
El comercio de derivados es uno de los rincones más populares del criptomercado global, aunque está efectivamente prohibido en los EE. UU., donde tales actividades requieren una fuerte supervisión regulatoria. Coinbase ha dicho que este movimiento representa su última incursión en este sector.
La sede de Coinbase International Exchange se encuentra en las Bermudas y, como tal, no estará abierta a los comerciantes estadounidenses. En su publicación de blog, Coinbase señaló que está comprometida con los EE. UU., pero que otros países están avanzando con marcos regulatorios criptográficos responsables para posicionarse estratégicamente como centros criptográficos. La empresa expresó su deseo de que EE. UU. adopte un enfoque similar y no una regulación mediante la aplicación, que según Coinbase ha llevado a una tendencia decepcionante para el desarrollo de las criptomonedas en el país.
En conclusión, el movimiento de Coinbase de abrir una bolsa de derivados en las Bermudas es una estrategia de expansión internacional en un momento en que la empresa enfrenta dificultades regulatorias en su país de origen. Esta nueva bolsa se enfoca en uno de los rincones más populares del criptomercado global, aunque efectivamente está prohibido en los EE. UU. Coinbase espera que este movimiento ayude a impulsar el desarrollo de las criptomonedas en el futuro y que los EE. UU. adopten un enfoque regulatorio similar al de otros países.